Publicación: 14 de Marzo de 2022
Autoría: Nico Edwards
Venta de armas, intereses militar-industriales y las sanciones más severas a Rusia en su historia.
Se estima que entre 2000 y 6000 protestantes en todo Rusia han sido detenidos por la policía rusa mientras protestaban contra la guerra en Ucrania. Foto: AP / Dmitri Serebryakov.
Aunque el conflicto armado en Ucrania está en marcha, no es el momento de hablar cómo salvar la situación con herramientas militares. Eso, cómo debe ser el caso siempre, es el momento de recordarnos cuales son las soluciones no violentas tal como porqué no están siendo usadas.
Marchas de anti-guerra en Moscú el 24 de febrero (fuente la Campaña por el Desarme Nuclear, Reino Unido)
Nada en este conflicto es fácilmente explicable. Cada parte de la crisis, incluso Rusia, Ucrania, los Estados Unidos (EE.UU) y los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea (UE), lleva considerables niveles de responsabilidad.
Pero algo sigue muy claro: las catastróficas consecuencias humanitarias y ambientales de la guerra total que están dispuestos de arriesgar los superpoderes.
¿Y quienes las sufrirán más sino las poblaciones civiles y los estados pequeños atrapados en el centro de la política de las grandes potencias? Los ejemplos son innumerables, solo nos falta recordar a Irak, Siria, Cuba, Chile, Afganistán, Libia, Mali, Vietnam, etcétera… aun Colombia.
Nunca debemos olvidar, que en conflictos como el sobre Ucrania los superpoderes no solo están dispuestos de arriesgar una guerra sin cuartel convencional, sino aún una guerra nuclear.
Así es, no hay ganadores en una guerra nuclear.
Para empezar - ¿cuales son las soluciones no militares? ¡Porqué hay un montón! Pero no es común que las mencionemos en los medios – ni los masivos ni alternativos – ni en los discursos políticos. Aquí listamos unos ejemplos.
Entrevista con el Secretario Ejecutivo del Movimiento Pacifista Ucraniano – “Me da pena que el apoyo a Ucrania desde el Occidente sea principalmente apoyo militar”
¿Por qué no están usando esas salidas no violentas los estados occidentales? A pesar de que la retórica desde occidente es que estos Estados están tratando de traer la paz e impedir la pérdida de vidas en Ucrania.
Obviamente, hay una infinidad de causas subyacentes del conflicto Ucrania-Rusia, algunas históricas y otras recientes, internas y externas, pero todos intrínsecamente vinculadas. Pero podemos buscar parte de la respuesta a estas preguntas en los intereses militar-industriales de los Estados occidentales.
Entonces, por ahora nos enfocamos en la complicidad de los Estados y empresarios de armas occidentales en ampliar las tensiones y facilitar las condiciones en las cuales el conflicto sea inevitable – es decir, en el tráfico de armas desde estos Estados a ambas partes del conflicto.
Notablemente, en los últimos días la Unión Europea (UE) y la OTAN han anunciado que mandarán de nuevo una cantidad gigantesca de armas y asistencia letal a Ucrania, incluso Estados como Alemania y Suecia que hace poco no querían unirse al tráfico de armas al conflicto.
La UE – en un cambio histórico, donde la Unión activamente rompe con sus normas de no brindar armas a zonas activas de conflicto armado – decidió mandar equipamiento y asistencia letal al ejército Ucrania por valor de $502 millones dólares americanos. También Reino Unido está facilitando armas y servicios militares por valor esperado de cientos de millones, y Los EE.UU. han comprometido materiales letales y asistencia militar a Ucrania por valor de más de $500 millones desde Diciembre de 2021, ya llegando a un millardo dólares americanos solo en los últimos doce meses.
Como confirman explícitamente los directores generales de las empresas de armas occidentales – incluso Raytheon y Lockheed Martin (EE.UU) quienes se han preparado para una confrontación militar con Rusia y presionado a los gobiernos occidentales desde hace décadas: la guerra en Ucrania sirve a los negocios. Entretanto, las acciones de la industria de defensa occidental van en rápido aumento.
Aunque parece que esa es la única opción viable para ayudar a la población ucraniana, la realidad es mucho más compleja. Hay alternativas simples – como financiar y apoyar a organizaciones en Rusia y Ucrania que trabajan con los derechos humanos, la democracia y la justicia social, o cortar los vínculos del “dinero sucio” entre los billonarios ilícitos rusos y los empresarios y políticos occidentales – que darán garantías de seguridad común mucho más fuerte y sostenible que la venta de armas, e impedirán más efectivamente la pérdida de vidas y el daño económico así como ecológico y climático.
Sin embargo, tenemos que mirar más atrás para comprender de verdad las dinámicas militares de ahora.
Desde 2014, los EE.UU. han licenciado ventas de equipamiento militar a Ucrania con un valor de $2.7 millardos dólares americanos. Desde 2010 Reino Unido ha vendido armas y servicios militares a Ucrania por $51 millones, y varios estados miembros de la UE han aprobado licencias hasta una suma de $480 millones durante el mismo período.
Curiosamente, en la misma década los mismos estados – con la excepción de los EE.UU. que, por varios razones, no tienen una relación del tráfico de armas con Rusia – han vendido armas y servicios militares a Rusia por una ganancia aún más grande: $75 millones dólares americanos por parte de Reino Unido y $1.2 millardos por parte de varios estados miembros de la UE desde 2010.
¿Eso dónde nos deja? Con una guerra total anunciada en voz alta por parte de los Estados que llevan décadas armando a ambas partes del conflicto.
Y aunque se oponen a la agresión y las acciones ilegales de Rusia, estos Estados siguen deliberadamente débiles en sus esfuerzos de resolver la crisis mediante modos diplomáticos y no militares, tanto hoy al inicio de la guerra real como en los meses que nos llevaron hasta aquí.
Es seguro que esta crisis parece muy ajena a los problemas en Colombia. Pero como es el caso para la mayoría de dinámicas y eventos en el siglo XX, donde los países colonizados terminan en medio de las disputas geopolíticas de las potencias mundiales cómo EEUU, Rusia, China y la UE.
¿Cómo podemos enlazar lo que está pasando en Ucrania con la situación de la violencia policial y militar en Colombia?
Podríamos empezar con el complejo militar-industrial global donde los Estados que están armando a Ucrania y Rusia, también llevan años vendiendo armas y equipamientos militares para controlar las movilizaciones sociales y al Estado de Colombia.
Sigue las redes de Teusaradio para una publicación futura sobre las dinámicas racistas y colonialistas de occidente en su cubrimiento en la guerra de Ucrania.
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