Por: Tania Goez Zambrano
En un mundo en constante transformación, este concurso es una forma de democratización del arte y emerge como un poderoso catalizador para crear una cultura de limpieza y paz en Colombia. Este artículo explora cómo la inclusión de los operarios de limpieza en el mundo del arte puede abrir nuevas perspectivas sobre el conflicto armado y la desigualdad, al mismo tiempo que dignifica su trabajo y visibiliza sus voces marginadas.
La Fundación Colombia Cree, invitó a los operadores de barrido y recolección de residuos del servicio público de aseo a participar en el cuarto concurso de artes plásticas "Así se construye memoria". Este evento no solo celebra el arte, sino que también promueve valores fundamentales como la cultura de limpieza y paz. Con premios que oscilan entre 1 millón y 3 millones de pesos para cada una de las áreas de servicio exclusivo que se encargan de realizar el servicio de aseo en diferentes zonas y localidades de la ciudad de Bogotá (Promoambiental, Lime, Ciudad Limpia, Bogotá limpia y Área limpia), este concurso ofrece a los participantes la oportunidad de expresar sus perspectivas sobre el conflicto armado y la violencia en Colombia a través de las categorías de pintura y escultura, con total libertad en cuanto a la técnica.
Los operarios de barrido y recolección de residuos del servicio público, que contribuyen en silencio a mantener nuestras ciudades limpias, rara vez tienen la oportunidad de expresar sus perspectivas sobre el conflicto armado y la desigualdad que han experimentado en carne propia. Esta iniciativa, que tendrá su evento con la exposición de las obras en noviembre, se presenta como una oportunidad para tejer colectivamente, recalcando que debemos pensar en más espacios que permitan construir la memoria histórica, al tomar las diferentes perspectivas, experiencias e historias de distintos sectores de la sociedad.
Por otro lado, la Fundación Colombia Cree se presenta como una entidad sin ánimo de lucro que utiliza el arte como su medio para visibilizar la verdad y las diversas perspectivas de las personas en relación con la memoria histórica de Colombia. A través de concursos de artes plásticas como este, se busca representar la compleja realidad histórica del país a través de esculturas y pinturas, dando voz a diversos sectores de la sociedad. Este concurso es solo una parte del compromiso continuo de la Fundación Colombia Cree con la memoria histórica del país. Con tres ediciones previas realizadas en diferentes regiones como Tolima, Bogotá y Boyacá, su objetivo principal es enriquecer la memoria colectiva de Colombia. La exposición "Así se construye memoria" es el nombre que engloba estas iniciativas artísticas.
En un país marcado por décadas de conflicto, es fundamental encontrar formas de sanar heridas y construir un futuro más pacífico. La iniciativa de la Fundación Colcree y otros actores que promueven la cultura de limpieza y paz a través del arte es un paso valioso en esa dirección. Al dar a los operadores de aseo una plataforma para expresar sus perspectivas y sentimientos sobre el conflicto, se contribuye al enriquecimiento de la memoria colectiva de Colombia y se fomenta un diálogo necesario. La labor de la Comisión de la Verdad, al investigar y documentar la verdad sobre el conflicto, complementa estos esfuerzos en la búsqueda de una reconciliación nacional. El arte, en su capacidad de evocar emociones y promover la reflexión, se convierte en un puente hacia un futuro de paz y entendimiento en Colombia.
El arte, históricamente, ha estado al alcance de unos pocos privilegiados. Sin embargo, este concurso busca romper con esta barrera, ya que la fundación, en colaboración con PROCERASEO y las áreas de servicio exclusivo, brinda los recursos y materiales necesarios para la realización de la obra a las personas participantes del concurso, con el fin de que puedan expresar sus visiones únicas del mundo. De igual manera, se han realizado diferentes talleres de creación para las personas concursantes, en dónde no solo se da información importante en técnicas de pintura y escultura, sino que también se comparten diálogos entre los asistentes sobre la importancia de la palabra y el arte para abordar un tema doloroso como el conflicto armado.
En dos talleres realizados el Jueves 31 de agosto y el Viernes 1 de Septiembre en las instalaciones de la universidad Jorge Tadeo Lozano, se pudo evidenciar la emoción de los participantes por este ejercicio de diálogo en dónde comparten sus ideas para la obra. Una de las concursantes expuso su perspectiva sobre el papel de las mujeres en el conflicto: “Muy poco hacemos de hablar de las mujeres, quiero representar por una parte a la mujer guerrillera, que la llevan desde niña, la someten en los campos de batallas a ser violada, secuestrada, callada, obligada a abortar. Y por otro lado, quiero hablar de la mujer que vive el día a día, de esa ama de casa que es sometida por el machismo, es obligada a ser callada, guardar silencio y tapar con maquillaje sus heridas. Ambas mujeres son víctimas de la violencia.”
Stephany Castro, jefe de comunicaciones del concurso nos recalca que uno de los puntos a considerar en el concurso es que no se permitirá la revictimización: “En un país que ha experimentado décadas de violencia y sufrimiento, el arte puede ser una poderosa herramienta para la reflexión y la curación. Sin embargo, es crucial que los artistas y creadores sean conscientes de su responsabilidad ética al representar estas experiencias. La revictimización, ya sea a través de la explotación insensible de historias reales o la perpetuación de estereotipos dañinos, puede reabrir heridas profundas en las víctimas y sus comunidades. En lugar de eso, el arte debe aspirar a ser un medio que ofrezca respeto, empatía y comprensión, permitiendo que las voces de aquellos que han sufrido encuentren una plataforma para expresarse y sanar sin causar más daño.”
Es relevante hablar de la dignificación del trabajo de los operarios de limpieza. Al permitirles exhibir sus obras en museos y galerías, se reconoce su valor como artistas y como seres humanos. Esta visibilización de sus voces marginadas es fundamental para la construcción de una perspectiva más completa y justa de la sociedad colombiana. Pues este componente de inclusión no solo dignifica su trabajo, sino que también contribuye a la construcción de una sociedad más consciente de sus desafíos. A través de exposiciones en diferentes museos, los operarios de limpieza tienen la oportunidad de compartir su verdad. Estas exposiciones ofrecen una ventana a las realidades que han enfrentado y las cicatrices que han dejado en sus vidas. Al mismo tiempo, invitan a la sociedad a reflexionar sobre la importancia de la paz y la justicia social. La cultura de limpieza y paz comienza con la apertura de puertas y corazones a las voces marginadas que limpian nuestras ciudades todos los días.
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